jueves, 28 de abril de 2011
El murciélago pequeño de herradura
El otro día de excursión con los nenes con las bicis, los llevé a una pequeña cueva que conozco, que fue refugio durante la guerra y en la que siempre ha habido murciélagos.
Esta vez sólo había uno, un murciélago pequeño de herradura (Rhinolopus hipposideros). Hace tiempo se consideraba a los murciélagos como aves. Después, en una posición intermedia como "ratones voladores". Ahora, son considerados en un orden independiente dentro de los mamíferos: los Quirópteros, cuyo nombre proviene del Griego: Quiro=mano, pteros=ala. Característica que les define al haber transformado las extremidades anteriores en un órgano capacitado para el vuelo.
Otra característica fascinante de estos animales es la ecolocación. La ecolocación funciona como un sonar. Los murciélagos para orientarse emiten sonidos de alta frecuencia mediante un aparato fonador especializado, bien a través de la boca o la rariz. Estos sonidos al chocar contra los obstáculos, producen una serie de ecos que son recibidos por el oído permitiéndoles procesar en su cerebro una "imagen acústica" de su entorno.
Continuamos pedaleando. Llegamos a las proximidades de un "cado" de rabosas. Quería mostrarles a los nenes de qué consta: entrada principal, vías de escape, etc. Y nos encontramos con que algún salvaje había colocado un lazo de sirga en la entrada y el pobre zorro había quedado atrapado y había muerto. Esta acción tan detestable y prohibida por otra parte pensaba que estaba totalmente erradicada pero parece que aún quedan quiénes ven a los zorros como competidores. Un animal tan bello y cada vez menos visible por su disminución alarmante durante los últimos años.
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