"Espartacus"

He de confesar que en esto del ciclismo siempre he sido un mitómano. Compro alguna revista especializada pero siempre me quedo con las fotos en blanco y negro de los puertos del Tour y las caras anónimas de los espectadores vestidos con traje. Mujeres con pañuelos en la cabeza contemplando el paso de Bahamontes, de

Fausto Coppi, de Bartali o de Anquetil. Soy un mitómano pues estos nombres son sinónimo de hazañas, de gestas imposibles en el ciclismo control actual. Gracias a Dios, hay clásicas de primavera. Pruebas de un día que parecen sacadas de otro tiempo. Gracias a Dios, también existen los clasicómanos. Es un reducido grupo, pues son pocos los que tiene la posibilidad de ganar en este tipo de carreras. El domingo pasado, en la Paris-Roubaix el grupo con posibilidades de ganar estaba compuesto por Fabian Cancellara, Juan Antonio Flecha, Tom Boonen y Thor Hushovd. El suizo y el español tenían que saltar de lejos, el belga y el noruego podían esperar al sprint. A una distancia le locos atacó Cancellara, sin volver la cabeza hasta el final. Una victoria impresionante. El grupo de atrás jugando para hacer segundo, cada uno con sus armas. Atacó Flecha y a su rueda Hushovd que adelantó en el velódromo al español que, enfadado, le aplaudió. Bueno, yo pienso que cada uno jugó su partida. Pero desde luego, el que dío la cara y no se escondió ninguna carta fué Cancellara, que tras ganar un semana antes el Tour de Flandes, tiene un más que merecido puesto entre mis mitos. Dicen que si se queda en 70 kg. puede ganar un Tour. Lo comparan con la fisonomía de Indurain. Ya veremos, pero yo pienso que su ciclismo es otro. O, quizás, de otro tiempo