martes, 29 de noviembre de 2011

Running in the fog

Corriendo entre la boira. Trotando íbamos (y nunca mejor dicho porque nuestro estado de forma es bastante flojo) rumbo a El Pueyo por el camino viejo, comentando los distintos frentes en donde el pasado domingo había algún representante del Club de Atletismo, en especial MartínCu que corría el maratón de Valencia. Su padre decía: "Ahora debe de estar haciendo esto", y se ponía a levantar las piernas hasta que el tacón le tocaba la culera. Cual sería mi sorpresa al comprobar que en su crónica del maratón aparece en una fotografía haciendo ese estiramiento.
Tras la ermita de San José es difícil seguir a Pepe. Por fin coronamos. Un olor a puro nos recibe. Elegante, Pardina, hace hora para entrar a misa. Mientras bebo, un gato con un ojo a la virulé me mira. Esto es lo peor del Monasterio. Que hubiera un par de gatetes sería guay pero hay un ciento y son unos guarros. Normalmente, el gato, entierra las heces, pero estos de aquí no, y hay cagadas por todos los lados.
Decidimos bajar hasta Castillazuelo para ver cómo está el camino de la carrera del día 8 (Castillazuelo-El Pueyo-Castillazuelo). El campo labrado no está mal, un poco húmedo pero se puede correr. El camino que coges nada más abandonar el campo, perfecto, pero cuando dejas éste y coges una dura rampa a izquierdas, este está fatal con mucha piedra suelta. Luego cuando coronas ya casi todo es bajada. Han cortado las ramas que invadían el camino. Hay que tener cuidado con los regueros, normalmente en el centro del camino.
Antes de llegar a Castillazuelo cogemos el camino de servicio de la Acequia de Selgua y su duro trazado de un continuo sube y baja. Está precioso con los quejigos de tono amarillo. Vamos a duras penas, con más ganas de andar que de correr. Una rabosa cruza de repente, yo ni la veo. Pasamos por encima del acueducto de la "Martínjuana". La niebla no deja ver pero se oyen voces y el cacareo de gallinas en el poblado de los gitanos. Cuesta emprender la marcha. Carrasca de Gómez. El camino ha sido arreglado. llegamos al coche. Casi 18 kilómetros. Una hora cincuenta minutos. Quinientos metros de desnivel positivo.
¿Qué váis a tomar? "Yo un café", "Yo un cortado", "Yo un café con leche". Varios clientes del Kafka nos miran con extrañeza. Nosotros, miramos a la camarera.





4 comentarios:

  1. ahora va a resultar que lo de estirar los cuádriceps y las rodillas solo lo sabemos hacer mi padre y yo!!! jajajaj

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  2. El mismo recorrido hice yo con Kiko David (8 am)pero nosotros terminamos por la carretera haciendo tambien un entreno para Salou.

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  3. Gatetes cochinos... xD

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